Cuando sentimos que nuestro servicio pastoral es un don especial, perdemos de vista la verdad ya que es un don de Dios, no nuestro, por es dejo esta reflexión sobre Humildad ministerial y misionera
El camino del éxito en la evangelización pasa por la "humildad" y pobreza bíblica, como actitud de abandono confiado y comprometido en las manos de Dios (cfr. 1Pe 5,6-7). La actitud apostólica es siempre de servicio ("ministerial"), a modo de "instrumento vivo de Cristo" (PO 12). El apóstol no es un patrón, que pueda hacer y deshacer los contenidos y los signos eclesiales, sino un imitador de Cristo servidor de todos. Su servicio es de "entrega total, humilde y generosa, a la Iglesia" (PDV 21). Con esta "humildad" se construye la comunidad, basada en "la unidad que es fruto del Espíritu" (Ef 4,2)
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